Dar y tomar
El orden del dar y tomar nos lo da nuestra conciencia. Está al servicio de la compensación y así al intercambio en nuestras relaciones. Tan pronto como tomamos o recibimos algo de alguien, nos sentimos obligados a darle algo también, algo equivalente.
Eso significa: nos sentimos culpables hasta que le devolvamos algo y paguemos la deuda. Entonces nos sentimos inocentes y libres hacia él nuevamente. Esta conciencia no nos deja en paz hasta que lo hayamos equilibrado.
Sentimos todos los movimientos de conciencia como culpa o inocencia. Si alguien me da algo y lo compenso, por ejemplo, pagando el precio completo, la relación ha terminado. Ambos siguen nuevamente su propio camino. Si pago muy poco por ello, la relación continúa. En primer lugar, al seguir sintiéndome culpable. Por otro lado, esperando algo de mí mismo. Solo cuando he compensado completamente somos libres el uno del otro.