La responsa-bilidad
espera una respuesta de nosotros sobre cómo lidiar con esto.
La responsabilidad a menudo va de arriba a abajo, de superior a inferior y del dar ala tomar. De esta manera, los padres asumen la responsabilidad de sus hijos, también los protegen a través de su responsabilidad, los ayudan asumiendo la responsabilidad donde los niños estarían indefensos, necesitados y a merced de algo o alguien.
De esta manera, las personas en puestos directivos asumen la responsabilidad de sus subordinados y asumen la responsabilidad de un objetivo, del éxito y también del fracaso o la derrota.
A veces la responsabilidad va de abajo hacia arriba. Por ejemplo, cuando tenemos que responder a otros que cuestionan nuestras acciones y, a veces, también nuestro pensamiento y hablar, y nos piden que nos justifiquemos ante ellos. Algunos tienen que responder ante un tribunal o ante su conciencia, o, algunos creen, incluso ante Dios. Tienen que responsabilizarse como si fueran culpables. Tienen que comportarse como si fueran malos y los demás buenos, como si fueran pequeños y los otros grandes, como si fueran dependientes y los demás superiores a ellos en términos de prestigio y poder.
Solo podemos asumir la responsabilidad en un buen sentido para nosotros mismos y para los demás si somos capaces de hacerlo. Para poder asumir la responsabilidad, a menudo se necesita mucho tiempo de aprendizaje y práctica previa, y esto se demuestra con el rendimiento.
Solo entonces podremos asumir la responsabilidad por nosotros mismos y por los demás. Cuanta más responsabilidad asumamos, mayor será nuestra reputación, influencia y poder. Sin embargo, solo mientras nuestra responsabilidad sirva a los demás, de lo contrario fácilmente podremos volvernos irresponsables.
A veces, sin embargo, asumimos demasiada responsabilidad, a pesar de que no tenemos derecho ni servimos a otros. A veces también, otros asumen demasiada responsabilidad por nosotros, incluso cuando no les toca y no nos sirve a nosotros ni a ellos.
A veces atribuimos a otros una responsabilidad que debe seguir siendo nuestra, o esperamos que otros se responsabilicen de nosotros.
En todos estos casos, seguimos siendo niños.
La responsabilidad suele exigirnos enfrentarnos a un desafío que ya no podemos evitar. Crecemos con él, nos integramos a él como también nos volvemos independientes y libres.
¿Quién conoce la responsa- bilidad?