Conferencia de Sophie Hellinger en México, agosto 2014
"Somos todo: nuestro presente, el pasado y ya también el futuro. Nuestra memoria corporal se extiende mucho más allá de nuestro cuerpo"
Como un enorme avance de la medicina puede hacerse la siguiente declaración con relación a muchas molestias y enfermedades:
Enfermedades crónicas y dolores muchas veces no pueden ser sanados hasta que se incluyan las vidas pasadas.
La práctica demuestra que a veces puede darse la sanación incluyendo vidas pasadas. En esta consultante aquí, que trabajó conmigo antes, vemos que el shock aún está marcado en su rostro, pero es el shock de otra persona. Luego de una pequeña intervención en su campo electromagnético de repente se siente nuevamente bien y sin molestias. Eso significa que siempre y en todo momento llevamos con nosotros nuestra historia y frecuentemente también la historia de otra persona. Gracias a la fuerza de nuestra consciencia y con el apoyo y ayuda de otra persona, nosotros mismos somos capaces de salir de acontecimientos y campos del pasado.
Cuando somos capaces de abrir otro campo y ambos campos se tocan, los dos confluyen y se sobrescriben. El resultado de una constelación así sirve al bienestar del consultante, también se convierte luego en una bendición para aquellos que estuvieron antes que nosotros. Esos muertos no están simplemente “en algún lugar”.
Tal vez también ya han vuelto a nacer o vienen a una nueva vida con el mismo problema. O están atascados en nuestro campo energético. ¡Y nosotros no encontramos solución ni sanación porque no es posible encontrarlas en el nivel cotidiano!
La solución se encuentra en otro nivel, al alcance de la mano.
Pero, ¿quién nos lleva hasta ahí?
Si logramos unir los niveles se transforma en una bendición para nosotros en el cuerpo, en nuestra vida actual y para nuestros hijos, para todas las partes, incluso para las relaciones existentes y para las nuevas.
Entonces quizás se cumpla hasta nuestro deseo más anhelado, que seamos amados tal como somos y nosotros amar sin condiciones ni expectativas.
Así de repente cada persona es maravillosa y ya no necesito que juzgar o compadecer a nadie.
Cada uno tiene su propio camino y su destino. Todo aquel que busca, encuentra.
Comprendimos que ya no hay nada que queremos “sacarnos de encima”. En su lugar hacemos ingresar aquello que nos falta. La fórmula del éxito es:
Integración en lugar de exclusión, reconocimiento en lugar de rechazo.
Así podemos convertirnos en madres que aman sin tener expectativas demasiado grandes hacia nuestros hijos.
Y no es necesario que nuestros maridos tengan expectativas para con nosotras – y nosotras no tengamos expectativas hacia ellos. Simplemente los amamos.
¡Damos!
¡Amamos!
Hacemos lo que podemos y somos felices.